jueves, 4 de septiembre de 2008

Capítulo -4-

(Para la publicación del capítulo 5, se necesita un mínimo de 8 comentarios sobre este capítulo)
En la embarcación todos tenían sus tareas asignadas y cumplían las rutinas de trabajo con absoluta puntualidad y rigurosidad.
Yo era un simple observador, un invitado de lujo, como un espectador que asiste al avant premier de una película, con esa sensación de ansiedad y deleite que produce cosquilleo en el estómago. Me identifiqué con Diego, nuestro capitán. Reconocí en su rostro la expresión de las personas que trabajan en lo que aman. Me sentía igual que él. La única diferencia era el lugar de trabajo. Yo tenía que embarcarme en otro barco, en mi escritorio. Debía sumergirme e investigar en los océanos de las enciclopedias, libros antiguos y expedientes. Bucear en las profundidades de los textos para encontrar el misterio que encierran las palabras y poder así descifrar y determinar el nombre del pecio de nuestra expedición. Decidí que era hora de navegar directo hacia mi puerto de operaciones: la oficina en tierra.
En el transcurso del primer año los resultados aparecieron. Se recuperaron gran cantidad de objetos: medallas religiosas, vasijas, mangos de cuchillo, platos, botellas, algunos crucifijos, municiones de mosquete y trozos de madera. Mencionar la palabra oro o plata era como hablar de fantasmas porque de aquellos metales preciosos no había rastro alguno.
Registramos todo con diversa tecnología, desde fotografía y video subacuático hasta dibujo mediante tablillas de acrílico con papel plastificado.
La manipulación de estos objetos, que permanecieron sumergidos durante siglos, requiere de procedimientos y técnicas especiales. Para ello contábamos con la participación de profesionales mexicanas del Instituto Arqueológico de Restauración y Conservación (IARC), mediante un convenio de colaboración mutua entre México y España. Ellos diseñaron un laboratorio móvil provisto de las sustancias químicas y las herramientas necesarias para aplicar los primeros tratamientos, ya sea dentro del agua o a bordo de la embarcación. Desde su creación en el año 1980, el IARC ha realizado diversos proyectos de investigación en aguas marinas y continentales entrenando arqueólogos, conservadores y restauradores. Además ha llevado a cabo acciones concretas para detener el saqueo y, sobre todo, para reforzar la conciencia acerca del inmenso valor del patrimonio cultural sumergido que posee México. Desde el año 1994 existe un grupo de personas del IARC que trabajan y colaboran en el Proyecto de Investigación de la Flota de la Nueva España de 1630-31, considerado como uno de los más sobresalientes de América Latina. En aguas de las costas mexicanas reposan una considerable cantidad de embarcaciones sumergidas debido a la escala que realizaban las flotas españolas en la denominada “Carrera de las Indias” principalmente en la ciudad de Veracruz, donde se realiza el mencionado proyecto.
La estrecha colaboración con el IARC durante este período fue determinante para catalogar los objetos que se incorporaron a nuestro museo, que crecía a ritmo acelerado y constante. El personal del grupo de trabajo del IARC, radicado temporalmente en Cádiz, llevaba en la sangre el instinto por la investigación. Igual que yo. Conversando con ellos, en las extensas sesiones de trabajo, notaba como se les iluminaba el rostro cuando hablábamos del tema. Decían que recuperar estos elementos significaba recuperar la historia, reflotar momentos perdidos en el tiempo y que, darlos a conocer a la humanidad, era fundamental. Mi contacto con el IARC en México era la arqueóloga Marta Méndez encargada de la Subdirección de Arqueología Subacuática y con quien mediante correo electrónico nos manteníamos permanentemente actualizados sobre las últimas novedades y avances en ambos países.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Fernando: FELICITACIONES !!!!! me encantaron los capitulos que lei
Has logrado atraparme en tu aventura y por un momento me senti sumergiendome en busca de los tesoros perdidos
GRACIAS por compartir esta magia
EXITOS, EXITOS y mas EXITOS !!!!!
Sandra

Anónimo dijo...

Sigue asi!!, me gusta sumergirme en el océano de tu libro!!

Unknown dijo...

Muy bueno esto de juego!!, sigamos multiplicandonos!!!

Anónimo dijo...

Intuyo que la aventura recien comienza.....
Que lindo sentirme a bordo

Mary dijo...

Me encantó la comparación entre la pasión por la investigación y el del buceo en las profundidades.

Anónimo dijo...

Buenísimo el proyecto! Espero que te sirvan las devoluciones y que sigas buceando en tu interior...
y descubriendo mas tesoros !

JORGE ANTONIO dijo...

Jorge: la verdad que es una historia fascinante y te atrapa en cada capitulo, espero que sigan adelante con esta historia!!! exitos.

Violeta dijo...

Ayer leí una nota en el diario sobre el rescate del tesoro de un barco hundido hace 200 años. Los descendientes de los que murieron en el naufragio, tienen derecho a reclamar la herencia.¿ Qué tesoro encontrarán Santiago y sus colegas en esta historia?

Anónimo dijo...

FELICITACIONES PADRINO!!!!!!!!!!!

EN EL PRIMER CAPITULO ME RESULTABA DIFICIL SEPARAR AL ESCRITOR QUE CONOZCO CON LA VERDADERA TRAMA DE LA HISTORIA. AHORA QUE LOGRE CONCENTRARME ESTOY ATRAPADA POR LA ANSIEDAD DE LEER MAS.
ME ENORGULLECE QUE LOGRES UN SUEÑO.
EXITOS!!!!!!!!!!!!!!!!!